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Bienvenidos al blog del curso de guía de ruta de Valderrubio.
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Espero que te gusten y te sirvan para pasar más de un buen rato.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Volveréis a vuestras vidas.

La ceremonia de acabamiento no se ha celebrado en Valderrubio sino en Escoznar y ha durado hasta más de las 16:00, en un bar donde ponen una gran variedad de exquisitas tapas elaboradas a la manera tradicional. Para quienes deseen emular a los intrépidos alumnos del curso 18-2010-J-163 // 18-23 en el día de su clausura, diríjanse al edificio del Ayuntamiento de Escoznar —en su parte de abajo está el bar—, y pregunten por El Magnífico, de nombre Iván, o por su apá. Y, por favor, no fumen.


Como decía, las reacciones han oscilado entre el abrazo al borde de las lágrimas y el resoplido de liberación, como cuando al fin respiras después de pasarte cuatro minutos debajo del agua. Vale, ya sé que no ha sido para tanto, me limito a testimoniar mi propia reacción a las dos en punto de la tarde. Los abrazos eran cosa de Iván y Dani. Empezaron a darse abrazos de despedida a primera hora y no dejaron de hacerlo hasta las cuatro y cuarto de la tarde. Resultaba conmovedor. Se despidieron por lo menos cuarenta y cuatro veces a lo largo de la mañana. No era una broma, es que estos dos son así de sentidos, chicos sensibles del siglo XXI. De hecho, Iván llegó a acojonarme cuando se acercó a mí esbozando un llanto inminente en su inminente abrazo. Yo, la verdad, no lo veía tan grave. Mientras existan correos electrónicos y un blog tan enrollado como éste, no hay de qué preocuparse. Sin duda, organizaremos quedadas y más o menos todos somos vecinos. Menos Dani, que vive en el quinto coño, en un lugar llamado Zaidín. A pesar de eso, a pesar de ser el alumno más alejado de Valderrubio, juro por Dios que siempre llegaba el primero a clase el muy carbonazo. Es lógico que el amable inspector Don Gabriel me pusiera una falta ese día por llegar tarde. Si entre Atarfe y Valderrubio se tarda aproximadamente quince o veinte minutos sin atravesar autovías ni calles para acceder a las mismas, ¿cuánto tiempo echaba Dani desde el lejano Zaidín?


Lástima que la señorita Lumbalgia se haya perdido este último día de curso. Yo sé que le habría encantado compartir con nosotros un momento tan emotivo. Desde aquí le deseo una recuperación total. No te preocupes, Puri, aun sin curso, te veremos pronto. Lo importante es que te cures para empezar otro.


Sí, señor, el curso ha terminado. Allá por Mayo parecía imposible alcanzar un momento tan lejano, pero aquí está. Vivan los viernes. Esta noche nos acostaremos siendo guías de ruta con un título de cabecera. Ayer no lo éramos y hoy sí. Manda huevos. Y todo gracias a las benditas firmas. No era necesario aprender, solo firmar. Sin embargo, a pesar de ellas, hemos aprendido algunas cosas, por ejemplo, hemos desvelado el misterio del guía de ruta, hemos respondido a la pregunta ¿qué diablos será un guía de ruta? y no hemos hecho nada que no quisiéramos hacer, salvo desayunar en un sitio cuando el otro estaba cerrado. De hecho, las mejores horas de clase transcurrieron en la cafetería de turno y en las excursiones. Colomera, Albaycín, Guadix, Alpujarras, Moclín y el Parque Natural de la Sierra de Huetor (dos veces). Fueron viajes entrañables cargados de anécdotas, risas y conflictos. Los conflictos nos ayudan a agudizar el ingenio y por eso son un buen lugar para instalar una escuela, la escuela de Valderrubio, sita en el Edificio Fernando de los Ríos, donde la firma es lo importante y donde el conflicto, de todos los colores y tamaños, está garantizado. Conflictos con el Ayuntamiento, con el Consorcio, con los profesores y con nosotros mismos. Un conflicto detrás de otro y detrás de cada uno, la moraleja, que el Universo entero obedece a un encuentro o choque constante de intereses. Así es como evoluciona la vida y como evolucionamos nosotros. Hasta ahora, en la historia del cine, ningún director ha conseguido hacer una película sin conflicto. La regla es muy sencilla, sin conflicto, no hay historia. Y como sin historia no hay vida y sin vida no hay cursos de guía de ruta, éste se ha enriquecido de una manera sobresaliente gracias precisamente a todos esos conflictos que nos alegraban el día desde por la mañana. No obstante, todos somos amigos, algunos más que otros, como diría el Magnífico haciendo gala, una vez más, de su explosiva sinceridad. Todos somos amigos, más o menos nos queremos, yo diría que incluso nos apetecería volver a encontrarnos cualquier día de estos, para una comida, una excursión o las Navidades ni pollas. ¿Por qué no? Recordad que somos guías de ruta. Si la vida misma es una ruta, nosotros, con nuestro recién adquirido título, estamos llamados a marcar el paso y el camino. El mundo no está ahí fuera como dicen algunos sino aquí dentro. Si somos capaces de dominarnos, podremos dominar el mundo, amigos, que se dice pronto. Volveréis a vuestras vidas con un mapa en las manos y una brújula, con un micrófono pegado a la barbilla, y seréis los guías, los que dicen lo que hay que hacer, cómo hacerlo y cuándo. Vuestra presencia poseerá cualidades hipnóticas, vuestras palabras serán escuchadas y seguidas. Si faltáis a una fiesta, todo el mundo se dará cuenta. Dani, recuerda muy bien esto último porque no pienso repetirlo. Por cierto, un abrazo, cabronazo, de modo que tienes un cuñado salobreñero. Enhorabuena, yo soy de Motril. Salobreña, Salobreña, montes sin leña, mar sin pescado… No recuerdo cómo seguía. El por cierto de antes se refiere a la despedida que ayer publicó Dani en el blog. Muy sencilla y resumida. Él tiene el don de la brevedad, que según Unamuno es muy bueno, mientras que yo canso. Para llegar a las mismas conclusiones que Dani, yo necesito tres folios. Y ni aun así sería capaz de sintetizar tanto como él. Eso no quiere decir que estemos de acuerdo en todo. Dice por ejemplo que de un servidor se lleva el saber estar. Pobrecillo, seguro que me lo devuelve dentro dos o tres semanas. De Iván dice que se lleva su juventud, ja, Iván podría ser mi padre y de hecho, en estos momentos, lo es. De Inga, la superación de situaciones hostiles, supongo que se refiere al aprendizaje del andaluz de Escoznar, una lengua autóctona donde todas las letras parecen vocales. De Estrella, su posición con sus ideas, cabezona sí que es, un poco al menos, pero sabe conversar. De Isabel, sus ganas de aprender, yo añadiría, y de enseñar. De Toñi, la alegría y positividad, dos puntos, y su tesón y su manera de salir de situaciones hostiles, dos puntos, haciéndose valer. De Rut, manejar las circunstancias, que significa que uno está a gusto a su lado, ahí le doy la razón. Y de Puri, la lucha por su futuro, bueno, me apunto, pero yo también me llevaría una de sus camisetas firmada por ella misma. Qué simpático eres, Dani, eres como un gigante con el corazón de un niño. Me llevo tu corazón. Venga otro abrazo, tío. He intentado escribir una despedida corta, clara y contundente como la tuya pero no he podido. Yo no lo tengo tan claro. Además, qué coño de despedida si nos vamos a ver el domingo. Al contrario que Dani, yo no me llevo nada, pero me quedo con todo.


Un abrazo.


Antonio Romera


Sierra Elvira. Septiembre del año 2011. Último Viernes.

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