He acabado de leer la novela y mi valoración no es ni totalmente negativa ni totalmente positiva. El problema de La soledad de los números primos, bajo mi humilde punto de vista de sabio, es que promete más de lo que luego ofrece realmente. Después de dos capítulos excepcionales, los dos primeros, la cosa se suaviza y ya nunca consigue llegar tan alto. Esta novela es como un tobogán cuando la verdadera calidad se encuentra en parecerse a un cohete. Desde luego está muy bien escrita, con momentos realmente sobrecogedores, pero su constante descenso o, como mucho, estancamiento, hace que esas joyas se pierdan como paja que se lleva el viento. No obstante, le prometo a Estrella que todos los momentos de lectura fueron placenteros. Gracias.
Un abrazo desde el más allá.
Antonio Romera
Sierra Elvira. Octubre del año 2011. Martes 4.
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